Hoy en día sabemos que el uso de las pantallas puede desarrollarse hasta ser adictivo. Hace algunos años trabajé con un grupo de jóvenes de preparatoria en Nueva York sobre las drogas y las adicciones. Al organizar las actividades del día me propusieron que no habláramos de drogas, sino de adicción en sí. Y eso fue lo que hicimos. 


Trabajamos en grupos de estudiantes de 9°, 10°, 11° y 12° con la pregunta: ¿Qué es una adicción? ¿Cómo definimos una adicción? Después de una breve introducción mía, cada grupo conversó en torno a la pregunta durante 20 minutos. Luego, los estudiantes de 12º grado se reunieron conmigo y, tras revisar todo lo que los grupos dijeron, llegamos a esta definición: “adicción es una tendencia creciente y compulsiva a evadir el dolor, el aburrimiento, el silencio y la incomodidad reemplazando todo lo anterior con auto-estimulación”. Entonces les pregunté a estos estudiantes si el uso de pantallas podía llegar a ser una adicción. Ellos respondieron: “Absolutamente porque lo que estás haciendo es evadir el dolor, estás evadiendo el silencio, estás evadiendo el autodesarrollo.” Luego volvimos con todos los estudiantes de la preparatoria y a todos les resonó esta definición y su validez en cuanto al uso de las pantallas. Si bien los jóvenes de 9º a 11º discutieron acaloradamente sobre si las pantallas y el uso del internet y las redes sociales podía llegar a ser adictivo o no, para los de 12º era muy claro que las pantallas allanaban el camino hacia la adicción.


Ahora bien, habiendo trabajado con jóvenes adictos y tras haber presenciado situaciones tan difíciles como las inherentes a las adicciones, puedo decir que la adicción se mueve, se desplaza, no se queda en ser adicción a una sola cosa. Esa es mi preocupación: la adicción puede moverse de adicción al internet a adicción a las drogas, por ejemplo, u otras adicciones, como al trabajo, al materialismo, al placer sexual. Me causa enorme preocupación el que tal vez estemos sentando las bases para esta generación, cuando todavía es joven y vulnerable, para una adicción que puede desplazarse. Quizá estemos creando una generación para la que la nueva “normalidad” sea la adicción, para la que hay una creciente y compulsiva tendencia a evadir el auto-desarrollo, el aburrimiento o evitar el dolor creando auto-estimulación.


Esto no me lleva a ser “anti-pantalla”, pero sí a discernir sobre lo que las pantallas están haciendo. Creo que ya hay bastante gente que puede aceptar la idea de que el uso de las pantallas puede ser adictivo. Sin embargo, también es mucha la gente a la que he oído decir: “Bueno, pero eso no me pasa a mí”, o puede ser que lo diga, pero en forma de broma. Justo porque el uso compulsivo de la pantalla se está volviendo ‘lo normal’ y porque la adicción es ubicua, ahora es fácil encontrar artículos con formas para diagnosticarte a ti mismo si eres adicto a la pantalla.


Recordemos que lo importante es que seamos reflexivos, en lugar de ser sólo reactivos. 

Este texto es una traducción y transcripción de una conferencia oral, impartida en noviembre de 2016 por Kim John Payne.