La clase de textiles de secundaria ayuda a desarrollar, entre muchas otras habilidades, la tolerancia a la frustración. Lleva a los alumnos a enfrentarse con sus errores, a corregirlos y a asumir la responsabilidad. Al aumentar la complejidad de los proyectos, se desarrolla la observación y atención a los detalles para poder completar los trabajos con buena calidad. Esta clase los regresa al cuerpo, la confección de prendas hechas a partir de sus medidas los obliga a confrontar los cambios que trae la pubertad y a reconocerse. Además, ayuda a desarrollar la propiocepción, la percepción espacial y la construcción de volúmenes.
Por último, nos ayuda a reconocer los recursos naturales, el tiempo y esfuerzo que se requiere en la elaboración de prendas y de esta manera valorarlas, lo cual es muy relevante ante la prevaleciente cultura de fast fashion.