Los alumnos que cursaron la primaria en nuestra escuela, habrán cantado e interpretado un instrumento durante ese tiempo. A partir de primero de secundaria, se apropian de un instrumento de cuerdas (la guitarra acústica), continúan la lectura de partituras y practican la ejecución grupal de piezas musicales, como las canciones de amor, que son parte del repertorio más disfrutado por los jóvenes. A las clases de instrumento se suma la clase de coro; entre las dos formas de interpretar música los jóvenes desarrollan habilidades que afinan el oído (y por extensión, otros aspectos de la percepción y asimilación del mundo), que implican movimiento coordinado y social y ritmo. La música rítmica de Latinoamérica y África es parte del repertorio usado; este tipo de música ayuda al sano desarrollo de sus extremidades y pone en movimiento su voluntad, que muchas veces está adormecida. Con los varones en particular, dado que su voz está cambiando, se hacen ejercicios para que puedan reconocer su nueva tesitura.