En las escuelas Waldorf respondemos a las necesidades propias al desarrollo de los niños: en una primera etapa, el trabajo de la voluntad y el sano crecimiento de su cuerpo físico mediante el movimiento y el ritmo; y en una segunda etapa, el cultivo de su sensibilidad por medio del arte y el trabajo práctico y social y el ejercicio de las capacidades intelectuales mediante la observación y la vivencia.
La pedagogía Waldorf se basa en una visión tripartita del ser humano, donde la voluntad o las capacidades psicomotoras, el sentimiento o la vida anímica y el pensamiento o las facultades intelectuales, se estructuran en un proceso de desarrollo interdependiente.
Basada en un modelo del desarrollo humano y un plan curricular hasta los 21 años al menos, la educación Waldorf organiza, dosifica y precisa los contenidos académicos correspondientes a cada etapa de crecimiento. Este modelo surge de las directrices propuestas por el Dr. Rudolf Steiner basadas en su filosofía antroposófica que abarca la visión global del hombre.
Los temas de estudio se abordan de forma tal que la enseñanza no signifique, en ningún grado, mera transmisión de saber externo, sino desarrollo humano del escolar. Algunas materias se enseñan a edades diferentes en comparación con otras propuestas, existen diferencias en énfasis según el cual, primero viene el encuentro, éste se convierte en experiencia y a partir de ésta se modela el concepto.